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La semana pasada, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) envió al Congreso los Precriterios de Política Económica para el 2017. Este documento busca sentar las bases para la discusión de las perspectivas económicas y las finanzas públicas para el 2017 y, para lograrlo, presenta un recuento de la evolución de las economías mundial y nacional, al igual que una actualización del escenario macroeconómico y de finanzas públicas para el 2016.

Los cambios más importantes con respecto a los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) presentados en septiembre del año pasado son: la expectativa de paridad promedio frente al dólar para el año (que aumentó de 15.90 a 18 pesos), el supuesto de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para Estados Unidos (que disminuyó de 2.7 a 2.1%) y el precio promedio del barril de la mezcla mexicana (que bajó de 50 a 25 dólares).

Aunque los Precriterios no incluyeron cambios explícitos en la estimación de crecimiento del PIB para el 2016 (se mantiene el rango de 2.6-3.6%), la SHCP sí utilizó un estimado puntual más bajo del PIB para calcular el resto de las cifras.

En los CGPE 2016, la SHCP había utilizado el punto medio del rango de crecimiento, es decir, 3.1%, mientras que en esta ocasión utilizó una cifra de 2.8 por ciento. Utilizar una cifra menor es responsable, ya que los estimados de crecimiento para la economía mexicana han sido constantemente ajustados a la baja ante un menor dinamismo de la economía en Estados Unidos y la fuerte disminución en el precio del petróleo.

El ajuste al rango por parte de la SHCP seguramente vendrá una vez que se publiquen los datos del PIB del primer trimestre. El impacto del sector petrolero sobre el crecimiento es considerable, ya que la cobertura de precio sobre los ingresos petroleros es para propósitos de proteger las finanzas públicas y no beneficia a la medición de la producción de petróleo para la actividad económica.

En la opinión de este columnista, lo más probable es que el PIB en este 2016 crezca entre 2.2 y 2.5%, asumiendo que no hay choques externos importantes. En cuanto al 2017, los Precriterios mantienen un rango estimado de crecimiento idéntico al del 2016 (2.6 a 3.6%), lo cual parece un poco optimista en comparación con el consenso de mercado que se ubica en 2.8 por ciento.

El estimado oficial de los Precriterios considera una aceleración en el crecimiento del PIB de Estados Unidos de 2.1% en el 2016 a 2.4% en el 2017, y una mejoría en el precio del barril de la mezcla mexicana de 25 dólares en el 2016 a 35 dólares en el 2017. Sin embargo, lo más importante de los Precriterios es que establecen que para poder reducir el déficit fiscal a 2.5% del PIB (0% excluyendo Pemex), será necesario realizar un recorte adicional al gasto público en el 2017. Esto no representa una gran sorpresa.

Desde enero, en este espacio sabíamos que no debíamos descartar un nuevo recorte preventivo en el gasto en el 2016 (el cual fue anunciado a mediados de febrero) y un recorte adicional en el 2017 para enfrentar un entorno más complicado en términos de finanzas públicas, donde seguramente no habría coberturas petroleras disponibles con precios de 50 dólares por barril para el 2017 y donde la plataforma de producción de petróleo será aun menor que en el 2016.

Otro punto muy importante dentro de los Precriterios es la estimación de que los niveles de endeudamiento público (es decir, la razón deuda pública a PIB) comenzarán a mejorar a partir del 2017. Esta razón de endeudamiento ha tenido un constante deterioro durante los últimos tres años, principalmente porque el PIB ha crecido menos de lo esperado por el gobierno y porque el gasto de éste sigue siendo alto. Revertir esta tendencia es fundamental para que México mantenga sus calificaciones de riesgo crediticio.