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Ya tenemos el mapa y las fechas para la apertura del mercado de gasolinas, lo que no tenemos ni idea es de cuál será el precio oficial que todavía durante el 2017 habrá de aplicar la Secretaría de Hacienda a estos combustibles.

El silencio total del gobierno federal llena de especulaciones la atención de la opinión pública que tiene miedo del monto del aumento.

Porque así como el tipo de cambio está metido en nuestro ADN siendo parte de nuestra mexicanidad, los precios de las gasolinas nos provocan gran estupor, independientemente de la afectación que pueda tener este precio en nuestras vidas.

Para documentar lo que le digo, tanto la clase política como la opinión pública se indignaron hasta el alarido cuando inició el proceso de alza de los precios de las gasolinas a principios de esta década, para dejar de gastar hasta 200,000 millones de pesos en recursos públicos para su subsidio.

La queja nunca fue: ¿por qué se usaban recursos que se podían destinar a combatir la pobreza para cooperar con los que tienen automóvil al llenarles el tanque? El reclamo fue por los gasolinazos.

Debe ser entonces esa extrema sensibilidad social con el tema de las gasolinas lo que tiene en silencio, y hasta temerosos, a los funcionarios de la Secretaría de Hacienda que están obligados a publicar los precios de referencia para estos combustibles y que deben estar vigentes en menos de 10 días.

La ley dice que tienen todavía de aquí a las doce campanadas del 31 de diciembre para publicar esos precios. Para fines prácticos, la última opción que tienen es el Diario Oficial del viernes 30 de diciembre. Pero más allá de la norma legal está el sentido común, que debería llevar a la autoridad a que no se cubra su ausencia con la especulación.

Hay especialistas, como los de Citibanamex, que ya le pusieron un precio de 18 pesos por litro a la gasolina a partir del domingo de la próxima semana. Otros calculan 16, unos más de 15.50, en fin.

Puede ser que se fomente la especulación y se toleren y fomenten esos análisis que hablan de más de 20% de incremento, para que en algún momento de la próxima semana salga el gobierno federal a decir que no es para tanto, que el aumento será de apenas 10 o 15 por ciento.

No se trata de un aumento más, como los que nos receta cada mes la Comisión Federal de Electricidad, es el dar a conocer el último precio oficial de las gasolinas en la antesala de una apertura complicada del mercado de estos combustibles.

Puede ser un incremento que se reserve para la noche del día de los Santos Inocentes, pero serán millones los que lo noten durante los primeros días de enero cuando vayan a cargar combustible. Entonces vendrá un enojo colectivo.

Hoy pueden explicar cómo suben los precios, hoy pueden decir cómo el precio oficial se calcula de acuerdo con el nivel que tendrá a lo largo de todo el próximo año el precio libre de mercado.

Ahorrarse explicaciones hoy es abonarse problemas para el próximo año.