Los gritos de “¡Asesina!” y “¡Fuera Wallace!” son una pequeña muestra del envilecimiento a que llegan las turbas alentadas por el odio y los enconos. A diferencia de Vibra México, cuya convocatoria permitió marchar contra Trump o en contra de quien se quisiera, la dirigente de Alto al Secuestro y Mexicanos Unidos quiso que la … Continued
Los gritos de “¡Asesina!” y “¡Fuera Wallace!” son una pequeña muestra del envilecimiento a que llegan las turbas alentadas por el odio y los enconos.
A diferencia de Vibra México, cuya convocatoria permitió marchar contra Trump o en contra de quien se quisiera, la dirigente de Alto al Secuestro y Mexicanos Unidos quiso que la protesta se centrara en el peligroso déspota, sobre la idea de que el mensaje anti-Trump no debía mezclarse con demandas domésticas que debilitaran al presidente de México frente al de Estados Unidos.
De ahí que “peñanietista”, “oficialista” o “vendida” fueran adjetivos que desde las vísperas resintiera la señora Isabel Miranda, a quien un grupito de cobardes hizo que abandonara la demostración.
Que ni siquiera el Himno Nacional pudiera ser entonado a las dos de la tarde como unos y otros convocantes habían sugerido; o el que resonaran más las consignas por Los 43, la “renuncia de Peña” o contra el gasolinazo, permite inferir que la marcha desunida fue vencida por… los propios manifestantes.