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El día de ayer el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por su sigla en inglés) dio a conocer el penúltimo anuncio de política monetaria del año, manteniendo la tasa de interés sin cambios.

Esta decisión estaba totalmente descontada por el mercado, pero había gran expectativa en cuanto al contenido del comunicado para entender si la Fed realmente tiene pensado subir las tasas en diciembre —como ha indicado Janet Yellen en sus más recientes intervenciones— o si la desaceleración global y el incremento en la volatilidad en los mercados ha sido suficiente para que la Fed posponga el alza hasta el 2016 —como anticipan los mercados.

La principal diferencia entre el comunicado de septiembre y el de ayer radica en la eliminación de la mención sobre la preocupación de la Fed del potencial impacto en la actividad económica del repunte de la volatilidad en los mercados financieros globales y la debilidad en algunas economías importantes, léase China.

Asimismo, el comunicado publicado fue más positivo en cuanto al tono en el que se refirió a la recuperación en el ritmo de gasto de los hogares y de la inversión fija bruta del sector empresarial. Estos dos cambios fueron interpretados por los expertos como una señal de que la Fed podría estar más cerca de subir las tasas en diciembre de lo que el mercado anticipa. Esto se reflejó inmediatamente en los mercados de futuros que pasaron de asignar una probabilidad de alza en diciembre de apenas 29% hace 10 días, a 57% ayer.

Aunque el comunicado también tuvo algunos cambios que reflejan cierta preocupación con la reducción en el ritmo de creación de empleo con respecto a lo observado en la reunión de septiembre, la Fed mantuvo su pronóstico de que la dinámica en el mercado laboral y la formación de precios de otros bienes y servicios debe contribuir a que la inflación se acerque al objetivo de 2% en el mediano plazo.

Para los observadores que no anticipan un alza de la tasa de interés este año, una de las principales razones para no hacerlo es la dinámica en el mercado laboral. Aunque es cierto que la tasa de desempleo se encuentra prácticamente al mismo nivel que antes del comienzo de la crisis, también es cierto que el subempleo ha aumentado de manera considerable. Esto se refleja en la cifra record de 6 millones de personas que están empleadas en trabajos de tiempo parcial —muchas de ellas tienen hasta dos y tres trabajos de tiempo parcial— y en la medida de desempleo amplia conocida como U-6.

Esta tasa incluye además de los desempleados, a aquellos que están marginalmente empleados; es decir, que tienen un trabajo de tiempo parcial pero que están buscando uno de tiempo completo. Esta tasa se ubica en 10%, nivel aún superior a 8.8% de antes de la crisis.

Para muchos observadores, el escenario en el que la Fed no sube tasas hasta ver que la tasa de desempleo abierta disminuye a niveles por debajo de los tradicionales es muy real; sin embargo, para los que sí apuestan a un alza en la tasa, la dinámica observada en la reducción de la tasa U-6 en los últimos meses presenta suficiente evidencia para que la Fed lleve a cabo su primer alza en diciembre.

Lo que sí queda claro es que la Fed volvió a poner el alza en diciembre dentro de la agenda. Esta situación se da al mismo tiempo que el banco central de China y el Banco Central Europeo se han comprometido a ampliar sus programas de estímulos monetarios, por lo que una posible alza de la Fed en diciembre no debería contribuir de manera significativa a un apretón en las condiciones financieras a nivel global.