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El viernes pasado la Cámara de Diputados aprobó las reformas a la Ley de Presupuesto y Responsabilidades Hacendarias, donde se estableció que el gobierno asumirá parte del pasivo laboral de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Días antes, el doctor Luis Videgaray escribió en un artículo publicado por el periódico Milenio, a propósito de la posibilidad de que el gobierno federal asumiera directamente una parte del pasivo laboral de Pemex: “En primer lugar debemos tener en mente que Pemex ya es, y seguirá siendo, parte del sector público federal. Todos los gastos que hace Pemex, incluyendo los pagos de pensiones y jubilaciones, ya son parte del Presupuesto de Egresos de la Federación”.

A este enunciado quería llegar yo para subrayar dos de sus partes: “Todos los gastos que hace Pemex… ya son parte del Presupuesto de Egresos de la Federación”. Obviamente que los recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación es dinero público. Por lo tanto cualquier sustracción, merma o hurto de este patrimonio constituye un delito de lesa nación.

Fue un delito contra la nación el cometido en el año 2000 cuando la dirección de Pemex, a cargo de Rogelio Montemayor, y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), por medio de su máximo dirigente, Carlos Romero Deschamps, desviaron de la paraestatal la cantidad de mil 580 millones de pesos para la campaña del que fuera candidato perdedor a la presidencia, el priísta Francisco Labastida Ochoa. Las acusaciones de este ilícito -el Pemexgate-, bien documentadas en la Procuraduría General de la República (PGR), quedaron desvanecidas por la tibia actuación del presidente Fox, quien, para entonces, traía enredada entre las patas la cola denominada Los Amigos de Fox.

DESAFUERO Y JUICIO

Desde el Pemexgate el nombre de Carlos Romero Deschamps pasó a formar parte del elenco de ratas de dos patas: producto nacional ISO 9000, que por desgracia sólo es para consumo interno.

La, hasta hoy paternalista empresa Pemex le concede al sindicato escandalosas cantidades de dinero que su líder recibe y administra discrecionalmente sin tener obligación legal de rendir cuentas: 200 millones de pesos para el mantenimiento de las instalaciones deportivas del sindicato; 49 millones para la construcción de un nuevo centro deportivo; 89.2 millones de pesos para pagar los gastos de cuatro años de festejos del Día del Trabajo (¿?).

Existen gastos no estipulados en el contrato colectivo de trabajo que la laxitud –tal vez también lleve su lubricada- y el empeño de Romero –tal vez ponga el lubricante- hacen posibles como los 50 millones cedidos al sindicato para el rubro denominado “Bibliotecas, escuelas, lugares de recreo, fomento de bandas de música y deportes”. Inclusive se autorizaron 25 millones de pesos para la renovación del parque vehicular de la dirigencia sindical. La lista de peticiones siempre satisfechas –con dinero público- son innumerables.

A contrapelo de lo anterior uno se entera de que Carlos Romero Durán, hijo del dirigente sindical, posee dos departamentos de lujo en Miami, Florida, Estados Unidos, con valor estimado en 7 millones 550,000 dólares. A este junior su señor padre le regalo un automóvil Ferrari Enzo que tiene un costo de 2 millones de dólares, una bicoca, sobre todo si el dinero sale del Presupuesto de Egresos de la Federación,

Legendarios ya son su yate El Indomable y su departamento de Cancún, que próximamente serán exhibidos por un comité del que forma parte Ernesto Cordero. La finalidad del despliegue es la demostración de lo que un hombre puede hacer con un salario de 24,633 mensuales. De su hija Paulina y de la vida de lujos que se da con sus queridas y simpatiquísimas mascotas, ya da hueva hablar.

Dice la periodista Elisa Alanís, en un video dirigido al doctor Luis Videgaray -ciudadanosenred.com.mx/video-proponen-desafuero-contra-romero-deschamps-: “Si (el precitado líder) se ha enriquecido indebidamente debe aplicársele todo el peso de la ley… es senador y ha aprobado el resto de la reforma energética y las otras reformas. Y como legislador tiene fuero, es decir, es intocable. ¿Es tan difícil quitarle el fuero a alguien? Su partido, el PRI, y el otro partido que está apoyando la reforma energética, el PAN, ya demostraron que es muy sencillo: le quitaron el fuero a López Obrador. Llegó la hora que el Senado y el gobierno federal den otra lección de legalidad y de ética, que Romero Deschamps pierda su fuero para que enfrente a la justicia y que un juez decida si es culpable o no. Si al menos le quitaran el fuero para investigarlo por enriquecimiento inexplicable, aunque resultara inocente en un proceso penal, la reforma se volvería creíble”.

Por si fuera poco ahora Romero Deschamps tiene una demanda en Estados Unidos: vendió millones de barriles de petróleo a una empresa de Houston, Texas, y no cumplió con la entrega. ¿Sería ésta la primera vez que intentó una venta? O ¿será ésta la primera vez que no entrega la mercancía?

Sé que mi ingenuidad es más grande que mi edad. Le pregunto al nuevo PRI, si éste existe: ¿por qué se empeñan en proteger hasta la ignominia al impresentable líder petrolero y senador –por la vía plurinominal- por el que una gran parte de la sociedad pedimos su cabeza?