Elecciones 2024
Elecciones 2024

La administración de gobierno de México se ha vuelto complicada desde el 2014, como se ha reportado en las encuestas. Se mantuvo relativamente bien la aprobación presidencial desde sus inicios hasta septiembre de ese año, basada sobre todo en el buen manejo político de concordia con los principales partidos y a la impresión de un fuerte trabajo que dio como resultado más de una decena de reformas, que aunque no contaran con consensos, generaban la idea de cambio que abonaba a mantener buenos niveles en su evaluación. En septiembre del 2014 inician una serie de eventos que se corresponden a la caída en la aprobación, desde la matanza de estudiantes por el crimen organizado ligado a autoridades en Iguala, hasta los escándalos posteriores de conflictos de intereses, pasando por evidencias de corrupciones de varios políticos, alzas en los niveles de inseguridad y crisis económica, han configurado un mal escenario para la aprobación. Al cumplir cuatro años de gobierno, los resultados de las mediciones siguen siendo negativos según se desprende de las encuestas levantadas por Consulta Mitofsky para El Economista y que aquí se desglosan:

1. El presidente Enrique Peña Nieto mantuvo la caída iniciada hace dos año y llega a 24% de ciudadanos aprobándolo; sube a 69% el porcentaje de quienes lo reprueban, sus peores números en los cuatro años de gobierno.

2. Los niveles más bajos de aprobación, abajo de 20%, los presenta el presidente en la región centro del país, zona donde se ubica la Ciudad de México.

3. Al llegar al cuarto año de gobierno, de los últimos cinco presidentes los que llegaron mejor evaluados fueron Salinas (77%) y Zedillo (64%) y el que arriba en su peor momento es Peña Nieto (24 por ciento).

4. La caída de la aprobación no se presenta sólo en la figura presidencial; el promedio de aprobación de alcaldes ha caído 13 puntos en tres años, menos que la del presidente y la de gobernadores, quienes disminuyen 25 y 23 puntos, respectivamente, en ese periodo.

5. Al llegar a sus cuatro años de gobierno, las áreas de trabajo donde más se reconoce la labor del presidente son la “educación” y la “salud” con porcentajes arriba de 25%, pero apenas 15% le reconoce el “combate a la inflación”, 16% “disminuir la corrupción” y un similar 16% “proteger a nuestros paisanos en Estados Unidos”.

6. Los problemas que más han incrementado su importancia en la opinión de los ciudadanos en un año son la inseguridad (su porcentaje más alto en el sexenio), la inflación y la corrupción (su valor más alto en 11 años).

7. Por regiones vemos comportamientos diferenciales; por ejemplo, todo el norte se queja de narcotráfico; el noroeste y sureste de corrupción, y la inseguridad es queja en todo el norte, el occidente y el centro de México.

8.Aunque tradicionalmente los problemas económicos superan a los de seguridad, por segundo año consecutivo suben estos últimos, llegando al mismo nivel de preocupación que tenía en el 2012.

Conclusión

Continuó la tendencia a la baja de la aprobación presidencial, y aunque pueda ser un evento menor, durante el último trimestre el evento más costoso en imagen para él fue recibir a Donald Trump, que resultó ganador de la elección pero que los mexicanos rechazan y temen por sus declaraciones y referencias a nuestros paisanos en ese país. Son preocupantes para la aprobación del presidente los incrementos en la percepción de la inseguridad y la corrupción, ya que son las variables que más han lastimado la imagen de gobierno, y en lo que respecta a la situación política, también fue negativo al considerar los ciudadanos que la situación se deterioró.

El próximo trimestre tendrá incluidas muchas variables a considerar, desde los debates políticos para nombramientos de los encargados del sistema anticorrupción, los pleitos al interior de los partidos, las posibles capturas de gobernadores y funcionarios acusados de corrupción, la reunión con el presidente electo en EU y otras, hasta las fechas navideñas, que tradicionalmente ayudan a mejorar el sentimiento positivo de los ciudadanos y lo traslada a las evaluaciones a los gobiernos, eso lo sabremos en el siguiente reporte que nos entreguen los encuestadores, pero por lo pronto, el cuarto año no fue bueno en materia de aprobación ciudadana para ninguna autoridad ni partido político en México.