Elecciones 2024
Elecciones 2024

La buena noticia es que ya se acaba agosto, que tantos problemas trajo a la paridad peso-dólar y al desempeño bursátil. La mala noticia es que la próxima semana empieza septiembre, que suele ser un mes complicado para los mercados.

Está claro que cuando la temporada de las vacas flacas llega no respeta ni las vacaciones, y de hecho la volatilidad del verano no fue sino una continuidad de la turbulencia de primavera, porque las causas han sido las mismas, con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) a la cabeza.

Sin embargo, septiembre tiene además una carga histórica, casi a nivel de superstición, de ser un pésimo mes para el desempeño financiero, particularmente el bursátil.

Históricamente, septiembre se disputa con abril los momentos de peor desempeño bursátil en Estados Unidos. Hay episodios específicos durante el noveno mes del año que alimentan la leyenda, entre los últimos está la quiebra de Lehman Brothers, el 15 de septiembre del 2008.

De hecho, de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional, desde 1970 a la fecha, de las 147 peores crisis bancarias importantes en todo el mundo, 24 han sucedido en septiembre.

Pero en lo que llega septiembre y sus cábalas, hay que ver si estos últimos días de agosto pueden mejorar un poco más las cosas, y si podrían los mercados recibir algún buen augurio este fin de semana que logren aplicar en las operaciones del lunes 31.

Desde ayer inició una reunión emblemática de los banqueros centrales de Estados Unidos. Es uno de esos cónclaves de los que se esperan señales que marquen rumbo en las decisiones de política monetaria.

Y evidentemente que en este momento de tanta especulación todos voltean a la reunión patrocinada por la Reserva Federal de Kansas en el balneario de Jackson Hole, que está en un valle de las montañas de Wyoming.

Suelen ser discretos aquéllos que toman decisiones al interior del banco central estadounidense, pero para esta reunión se sueltan un poco el chongo.

Ahí está por ejemplo el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, calentando el ambiente antes de la reunión con su consideración de que ahora, después de China, parece menos convincente que se pueda dar un aumento en septiembre.

Y también calientan el nido de los halcones el presidente de la Fed de Atlanta, Dennis Lockhart, quien hace no mucho anticipaba un par de aumentos a la tasa este mismo año.

Total que en la reunión de este fin de semana, en la que por cierto no estará la señora Janet Yellen, se habrá de discutir cuándo será el mejor momento para implementar la medida, que ya acordaron, de iniciar una normalización de la política monetaria.

Hasta ahora los datos clave son la inflación y el empleo. Las nóminas no agrícolas de este mes tardarán en llegar algunos días más, pero la clave puede estar en el desempeño cercano a cero de la inflación.

Si consideran que la situación de China sí es un riesgo creíble para el crecimiento y que la inflación está todavía muy debajo de lo que ellos quieren ver como tendencia, hacia 2%, y sobre todo si esto lo hacen saber a los mercados, veremos un buen lunes.

Sería algo positivo para despedir un mes tan negativo y para recibir al tan temido mes de septiembre.