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¡Hola de nuevo!

Hoy con motivo del “maravilloso” (sí, entre comillas) BUEN FIN les tengo una gran historia.

Espero encuentren grandes beneficios y aprendizajes de la linda historia de mi amiga Lorenza.[1] Así como algunas ideas prácticas para aplicar este siguiente Buen fin que viene del 18 al 21 de noviembre.

¡No se lo pueden perder!  Aunque tal vez sí quieran perdérselo después de leer esto.

Mi amiga Lorenza es muy divertida, una chava buena onda pero la verdad es que sufre bastante de deudas.  Es medio adicta a las compras también. Entre ofertas tentadoras de los Buen Fin de años anteriores y otras compritas, casi todo su sueldo se le va en pagar tarjetas.  También es bastante desorganizada con los dineros.

Y no es la única: a todos nos pasa de una forma u otra.

La verdad es que comprar nos da un sentimiento de felicidad tan efímero como el trabajo que nos haya costado comprar lo que deseábamos. Si ahorramos durante un año, la alegría de comprar ese objeto seguro durará mucho más que comprar una simple botella de agua en una tiendita.  Y eso las tiendas lo saben, juegan con nuestras emociones para que les dejemos nuestro dinero.

El Buen Fin no es la excepción.  Este año tal vez les dejemos nuestro dinero de nuevo, pero no sin una buena pelea entre nuestro cerebro y nuestro corazón.

A ver si Lorenza lo hace.

El caso es que ella siente que comprar con descuento es lo mejor que le puede pasar en la vida.  Por eso el Buen fin le resulta casi orgásmico.  Sin exagerar.

Los mismos niveles de oxitocina en sangre y toda la cosa. Además, esa hormona está relacionada con la fidelidad. Lo que hace que Lorenza esté realmente casada con ciertas marcas.

¡Aunque usted no lo crea!

Mucho se ha estudiado al respecto.  El libro Brain View del experto en neuromarketing Hans-Georg Häusel señala que “entre el 70 y el 80 por ciento de las decisiones de compra se toman de forma inconsciente. Incluso el 30 por ciento de conciencia restante no actúa con la libertad que creemos”.  Nuestras decisiones son muy influenciadas por toda la publicidad que vemos. También hay varios estudios en neuroeconomía que hablan de cómo tomamos decisiones de compra y esta linda hormona sale a relucir bastante.  A mayor nivel de oxitocina en la sangre, mayor inclinación a decidir tenemos. O sea, si nos hacen sentir bien, definitivamente compraremos.

El caso es que Lorenza siempre está lista para comprar buscando descuentos y eso está muy bien. ¿Por qué comprar algo a precio normal si puedes conseguirlo más barato?  Pero….

mi amiga Lorenza comete varios errores:

  1. Da por hecho que el descuento es el precio más bajo al que puede comprar algo cuando no siempre es así. Muchas veces el objeto tiene descuento en esa tienda, pero en alguna otra ese será el precio normal.
  2. Obvio no consulta esta página en donde la Profeco nos da recomendaciones para comprar este Buen Fin. Ella ya conoce las tiendas que le gustan y a esas va.
  3. Tampoco compara o revisa precios. Ya me he cachado, en años anteriores, a unas tiendas que inflan sus precios para luego hacerte un maravilloso descuento del 50 por ciento. Que la verdad no es real. Haz tú la prueba. Busca alguna cosa que quieras comprar hoy y compara el precio de hoy con el que te ofrezca el Buen Fin.  Ya me corregirás o me darás la razón. Cualquiera de las dos cosas que suceda, cuéntamela por Twitter para tomar nota.
  4. No revisa si los pagos diferidos son de verdad meses sin intereses o meses con intereses.
  5. No tiene ni idea de cuánto puede gastar ni un plan concreto de cosas que necesita comprar. Sé que se le rompió la lavadora, pero no tiene presupuestado ese dinero y es capaz de gastárselo sin saber si lo podrá pagar después.
  6. Obvio que cae con toda la publicidad de esos días y cuando al final compra, resulta que no leyó las letras chiquitas.

Así es mi amiga Lorenza, igual la quiero, pero cómo comete errores financieros. No cuida su dinero.

Este Buen Fin no cometas los errores de Lorenza.

Mejor:

  1. Revisa si hay alguna compra que necesites hacer.
  2. Haz un pequeño presupuesto.
  3. Compara precios y busca el que más te convenga.
  4. Haz caso a las recomendaciones de la Profeco.
  5. Planea bien tus pagos a meses.

Te deseo un Buen Fin y no un año o tal vez 18 meses (con o sin intereses) que sean un martirio.

No dejes de enviarme tus dudas, preguntas e intereses a [email protected]. Si quieres que cuente tus historias de dinero (usando nombres ficticios para salvaguardar la identidad) compártemelas por DM en Twitter. O si solo quieres enviarme un simple saludo también es bien recibido. Sigamos la conversación. Aquí hay una compañera para viajar al fascinante mundo de las finanzas personales.

[1] Personaje real. Nombre ficticio para salvaguardar la identidad de la persona. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia 😉