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Amig@s de “Política Gourmet”, este jueves en el que nuestros vecinos los gringos están celebrando “El Día de Acción de Gracias”, se me ocurrió que para no caer en extranjerismos nocivos para nuestro sistema digestivo preparemos un platillo muy mexicano: birria estilo Jalisco, pero con un toque muy chilango ¿qué les parece?

        Para empezar necesitamos de tres cocineros, no importa que no sean chefs, basta y sobra con que puedan prender una estufa y saberle a los trastos. Los que yo conseguí se llaman: Carlos CARSO, nICAsio Quintana y Cintia ALSTOM.

INGREDIENTES:

–       38 chivos expiatorios, bien tiernitos, de esos que se meten a la olla sin chistar

–       84 salchichas naranjas traídas de China

–       Montones y montones de neumáticos no compatibles (de los baratos, ¡eh!)

–       1 kilo de costillas de ex Jefe de Gobierno del DF bien abusadote

–       2 chiles anchos de las huertas Bojórquez y Ortega (de esos que no pican)

–       1 litro de pulque de negligencia

–       4 dientes de ajo asados con corrupción

–       10 pimientas negras para condimentar el cinismo

–       2 cebollas que hagan llorar a los habitantes de Iztapalapa y Tláhuac

–       4 pencas de RTP’s (opcionales)

–       Orégano marca Horcasitas

–       Sal marca Norinco

–       Chile piquín marca (Mario) Delgado

–       Limones que aguanten y no se agríen de más de aquí a febrero

PREPARACIÓN:

        Antes que nada, una sugerencia pertinente: No vaya a aferrarse con que su olla exprés es compatible con su horno de microondas o que su cazuela de barro se calienta mejor con ocote. ¿De acuerdo?

          

        Primero meta en una licuadora los chiles, los ajos, las pimientas, orégano y pulque, que se confundan toditos, para que crean que son parte del mismo equipo, pero al final cada quien se distinguirá por su sabor. De la salsa que salga de todos estos ingredientes licuados hay que embarrar a los chivitos, que previamente deberán ser untados con sal. Ponga los 38 chivitos en un recipiente donde quepan todos sin amontonarse (¿qué tal un vagón del Metro?), junto a las salchichas chinas y los neumáticos baratos y métalos al refrigerador. Al día siguiente serán cocinados.

        Ahora sí, hagamos birria.

          

        Ponga en el fondo de la cazuela las pencas de RTP’s y aviente todos los chivitos al ahí se va y écheles más pulque, para que se atonten y no puedan reaccionar ante la avalancha de acusaciones y sanciones que se les vendrán encima. Tape la cazuela y déjela a fuego lento, digamos, unos cuantos meses, hasta que se les empiece a desprender la carnita y los señalamientos a los chivitos para que desprendan su jugo, el cual deberá colar a otro recipiente (no se preocupe si se le escapan pedazos de salchichas chinas y neumáticos chafas) y servir bien caliente para que los comensales se quemen el osiquieres.

        ¿Y las costillas de ex Jefe de Gobierno? ¡Ah!, esas, dicen, supuestamente no son parte de este platillo… pero mi tía Chonita me dijo que sí y todos sabemos también que sí.

        ¡Provechito!