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Pasado mañana, el Banco de México (Banxico) dará a conocer el antepenúltimo anuncio de política monetaria del 2016, con lo que muy probablemente será el tercer incremento en el año en la tasa objetivo. En la opinión de este columnista, Banxico subirá la tasa en medio punto para ubicarla en 4.75 por ciento.

Hasta hace unas semanas, el consenso de mercado era que Banxico no haría cambios en la tasa en esta reunión y esperaría hasta diciembre para realizar un incremento de medio punto. Sin embargo, durante las últimas semanas y en especial la pasada, el comportamiento de algunas variables se ha traducido en un incremento considerable en la probabilidad de alza por parte de Banxico.

La primera de estas variables es la inflación, que registró un incremento superior a lo esperado por el mercado durante la primera quincena de septiembre. De acuerdo con las cifras del Inegi, la inflación en la primera mitad del mes se ubicó en 0.54% vs una expectativa de mercado de 0.37 por ciento. Con esta cifra, la inflación anual alcanzó 2.88%, su nivel más alto desde mayo del 2015.

Asimismo, la inflación subyacente —que excluye los precios de productos agropecuarios, energéticos y tarifas de gobierno— registró un incremento de 0.36% durante los primeros 15 días de septiembre, llevando la cifra anual a 3.05%, su nivel máximo desde diciembre del 2014.

Aunque ambas cifras fueron impactadas por un incremento en el precio de los servicios escolares, el resto de los precios de los servicios sigue teniendo un comportamiento muy favorable, mientras que los precios de alimentos y otras mercancías registraron un incremento de 0.44 y 0.40 por ciento. Para muchos observadores, estos incrementos comienzan a reflejar ya la considerable depreciación de 15.5% que ha tenido el peso mexicano durante los últimos 12 meses.

La segunda variable es precisamente el tipo de cambio, ya que después de una recuperación importante durante la primera quincena de agosto -que llevó el precio del dólar a 17.98 pesos el 16 de agosto- el peso se ha depreciado 9.6%, con el dólar llegando a un nuevo máximo histórico de 19.84 pesos.

Aunque la inflación todavía se encuentra por debajo del objetivo de 3% del Banxico y la economía mexicana se ha desacelerado y mantiene cierto nivel de holgura, un incremento en la tasa de referencia por parte del banco central está más que justificado. En la edición de “Sin Fronteras” del 28 de junio, argumentábamos que la inflación podría comenzar a presionarse y que Banxico debería actuar, tal y como lo hizo en la reunión de política monetaria de junio.

“Hasta ahora, la depreciación del tipo de cambio no se ha traducido en un aumento en la inflación general por los siguientes factores: i) la incapacidad de los productores a reflejar el incremento en el costo de sus insumos al consumidor dada la debilidad de la demanda interna; ii) el hecho de que hasta hace poco la caída en los precios de prácticamente todas las materias primas, medidos en dólares, eran superiores a la depreciación del peso frente al dólar; iii) la tendencia favorable en los precios de los servicios de telecomunicación y energía, y iv) el hecho de que hasta hace unos meses, la depreciación del peso mexicano había sido similar a la de otros socios comerciales de México. Sin embargo, varios de los factores que han apoyado el buen desempeño de la inflación se están disipando”.

De entonces a la fecha, las condiciones se han deteriorado, por lo que la ortodoxia apuntaría a que Banxico debería subir las tasas en por lo menos un cuarto y probablemente medio punto este jueves y nuevamente en diciembre.