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Hoy, el Banco de México (Banxico) dará a conocer su primer anuncio de política monetaria del 2017 donde seguramente elevará la tasa de interés objetivo en por lo menos 0.25 por ciento. El consenso de analistas de mercado espera un alza de 0.50% —cerca de 90% de los participantes en la encuesta Banamex esperan un aumento de esta magnitud— mientras que las tasas en el mercado secundario están descontando un incremento de 0.25 por ciento.

Sin embargo, vale la pena destacar que hace una semana el mercado secundario de tasas también estaba descontando un alza de 0.50 por ciento. Aunque la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) mantuvo las tasas sin cambio en su primera reunión de política monetaria del año llevada a cabo la semana pasada, el repunte inflacionario observado a principios de enero obliga al Banxico a actuar.

El dato de inflación de la primera quincena de enero de 1.51% superó considerablemente las expectativas de mercado y representó la cifra quincenal de inflación más alta desde enero de 1999. El repunte inflacionario de la primera quincena de enero contribuyó a un incremento de más de un punto porcentual en la inflación anual a 4.78 por ciento.

Aunque el aumento en la inflación se debe principalmente al incremento en los precios de la gasolina y no a un sobrecalentamiento de la demanda agregada, el Banxico está prácticamente obligado a actuar para evitar un mayor deterioro en las expectativas de inflación.

Para la mayoría de los expertos, el incremento en los precios de la gasolina aunado al incremento de 9.5% del salario mínimo y la depreciación del tipo de cambio deben contribuir a que la inflación cierre en el 2017 en por lo menos 5 por ciento. Esta expectativa se ha venido deteriorando marcadamente en las últimas semanas y el riesgo de un mayor deterioro está muy presente, ya que el incremento en el precio de la gasolina y la depreciación del tipo de cambio podrían tener efectos secundarios sobre otros bienes y servicios.

Aunque las expectativas de inflación para el 2018 solamente se han incrementado ligeramente. Para el Banxico, es clave mantener bien ancladas las expectativas de inflación de mediano y largo plazo y su principal herramienta para lograr esto es a través de incrementos en la tasa de interés. El deterioro en el balance de riesgos inflacionarios y un muy posible entorno de tasas de interés de referencia más altas en Estados Unidos obliga al Banxico a actuar.

Aunque el Banxico podría subir la tasa en medio punto porcentual, probablemente opte por subir lo mínimo indispensable en esta ocasión —que podría ser un cuarto de punto— y esperar a tener una mayor claridad sobre la evolución de temas clave para la cotización del tipo de cambio y por ende, el precio de las gasolinas como: I) la inminente renegociación del TLCAN; II) la posible imposición de tarifas compensatorias a las importaciones provenientes de México; III) la amenaza de “expropiación” de remesas; y IV) la posible deportación de millones de mexicanos que hoy en día envían remesas a México.

Dependiendo de lo que suceda con estos temas y lo que haga la Fed en los próximos meses, el Banxico decidirá cuántos incrementos serán necesarios en la tasa de referencia durante este año.

En un escenario base, donde la Fed realiza tres incrementos de 0.25% cada uno durante el año y donde el resultado de la renegociación del TLCAN no es desfavorable, el tipo de cambio podría estabilizarse e incluso apreciarse un poco, dejando espacio al Banxico para subir las tasas a un ritmo similar al de la Fed. Sin embargo, un escenario menos optimista, donde la Fed se ve obligada a realizar mayores incrementos y donde la renegociación del TLCAN es desfavorable, el Banxico se vería obligado a actuar de manera más agresiva.