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La semana pasada Banxico dio a conocer su tercer anuncio de política monetaria del año en el cual decidió incrementar la tasa de interés de referencia en medio punto para ubicarla en 7.0% como era ampliamente esperado por el mercado.

La decisión de incrementar la tasa contó con el apoyo de los cinco integrantes de la Junta de Gobierno, sin embargo, la subgobernadora Irene Espinosa votó a favor de incrementar la tasa en tres cuartos de punto mientras que los otros cuatro integrantes votaron por el incremento de medio punto.

Banxico revisó nuevamente al alza sus estimados de inflación para los próximos 18 meses. En el caso de la inflación general las revisiones para este año fueron las siguientes: de 6.9 a 7.6% para el segundo trimestre, de 6.1 a 7.0% para el tercer trimestre y de 5.5 a 6.4% para el cuarto.

Para el 2023, Banxico revisó la inflación general de 4.5 a 5.3% para el primer trimestre y de 3.4 a 3.5% para el segundo trimestre; manteniendo los estimados del tercero y cuarto trimestre en 3.2 por ciento.

Para darnos una idea de la magnitud del incremento acumulado, vale la pena recordar que al cierre del 2021, Banxico esperaba que la inflación general, para estas fechas, estaría cerca de 5% y que alcanzaría 3.4% para el cierre del 2022. Hoy la inflación general está en 7.3% y el nuevo estimado de cierre de año de Banxico es casi el doble de lo que esperaba hace apenas seis meses.

En el caso de la inflación subyacente, Banxico elevó sus pronósticos para este año de 6.7 a 7.2% para el segundo trimestre, de 5.9 a 6.6% para el tercero y de 5.2 a 5.9% para el cuarto. Asimismo, Banxico aumentó su estimado de inflación subyacente para el primer trimestre del 2023 de 4.1 a 4.8%, de 3.4 a 3.6% para el segundo y de 3.1 a 3.3% para el tercer trimestre.

Claramente, estas revisiones confirman que la inflación tardará en converger con el objetivo de Banxico mucho más de lo originalmente planeado. Aunque Banxico anticipa que esto sucederá hacia finales del 2023 o principios del 2024, también reconoció que los riesgos están sesgados al alza.

Inmediatamente después del anuncio, el mercado comenzó a descontar un Banxico más restrictivo, anticipando alzas que vayan por lo menos en línea con lo esperado para la Fed.

El mercado espera que la Fed suba su tasa en por lo menos otros dos puntos porcentuales para cerrar en 2.75% este año. Esto implica que Banxico tendría que subir su tasa de fondeo en por lo menos dos puntos porcentuales para dejarla en 9.0 por ciento.

Sin embargo, en la opinión de este columnista, la Fed probablemente se vea forzada a dejar la tasa en por lo menos 3.0%, lo cual dejaría a Banxico prácticamente obligado a dejar su tasa de fondeo en por lo menos 9.25 por ciento.

El riesgo principal para Banxico es que el choque inflacionario siga extendiéndose a un conjunto más amplio de productos. Hasta ahora, el subsidio a los precios de los combustibles ha evitado mayores presiones inflacionarias, pero con un costo significativo para las finanzas públicas.

Aunque Banxico optó por un movimiento menos agresivo en esta ocasión, la fuerte revisión en las expectativas de inflación de corto y mediano plazos, en conjunto con un contexto menos acomodaticio a nivel global, hacen pensar que Banxico tendrá que prolongar su ciclo de alzas y que el nivel máximo para la tasa de fondeo en este ciclo será más alto al anticipado.